La Habana Vieja revive turismo

La Habana Vieja revive turismo

El movimiento en La Habana Vieja revive hoy en cada uno de sus rincones, como parte de la reanimación turística de toda Cuba, y en particular de los sitios emblemáticos que albergan historia y cultura.

Colorido, familias de paseo y personas de cualquier parte del mundo que toman fotografías de la añeja urbe, constituyen en la actualidad una imagen esperanzadora para la industria de los viajes.

Arropada por la corriente del Golfo de México, y por leyendas de corsarios y piratas, La Habana se enseñorea en el Caribe como una ciudad exótica, donde la amalgama tiene tonalidades especiales y la música significa la espiritualidad de la gente.

Tal movimiento se aplazó con el impacto de la Covid-19 y transformó sus parques y calles en desierto debido a las medidas de protección.

Sin embargo, ahora -sobre todo en los fines de semana- vuelve a resurgir un constante movimiento en sus calles, poco a poco poblándose de personas que denotan ser de otras partes del mundo.

Fundada definitivamente en 1519 a la sombra de un frondoso árbol: una ceiba, La Habana devino de repente una ciudad muy cosmopolita, cargada de viajeros de todas partes del orbe deseosos por conocerla.

Un ambiente delicioso, al mejor estilo de la Torre de Babel, se respira siempre en sus calles, por donde pasea gente llegada desde cualquiera de los cinco continentes.

Esa imagen antes de la enfermedad, paulatinamente puede apreciarse en un recorrido por sus arterias, con aumento del gentío en lugares como la Plaza de Armas, museos, el malecón habanero y otros sitios, sobre todo los integrados a la parte más antigua.

Cuba, y La Habana Vieja como «esencia de esencias», representa a un pueblo muy mezclado, donde las principales procedencias lo constituyen lo español y lo africano, pero también confluyen lo chino, haitiano, alemán, francés, hebreo y de otras muchas partes.

Por si fuera poco, en 1982, esa porción citadina fue declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Patrimonio Cultural de la Humanidad, al resaltar su conservación y propuestas para el turismo.

La Villa de San Cristóbal de La Habana, como realmente es su nombre, se fundó un 16 de noviembre a orillas del Puerto Carenas, luego de que en 1515 tuviera un asentamiento inicial en la costa sur.

Fuente: Prensa Latina

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