La literatura cubana en los 60 de la Uneac

La literatura cubana en los 60 de la Uneac

Por: Gabriela Avila Gómez.

Hoy la Unión de Escritores y Artistas de Cuba llega a sus seis primeras décadas de creada. Disímiles han sido las iniciativas y actividades para conmemorar la fecha.

Por ello, Cubaliteraria comparte una entrevista al presidente de la Asociación de Escritores de la Uneac, Alberto Marrero*, quien se refirió a la historia, labor actual y retos de la misma, así como su labor en el impulso y promoción a la literatura nacional.

¿Cómo se conforma la Asociación de Escritores tras el surgimiento de la Uneac?

La Unión de Escritores y Artistas de Cuba surge con su primer Congreso celebrado los días 18, 19, 20 y 22 de agosto de 1961, cuando la Revolución Cubana atravesaba por su tercer año de vida, en medio de acontecimientos trascendentales. Téngase en cuenta que en abril de ese año nuestro pueblo derrotó la invasión mercenaria por Playa Girón en menos de setenta y dos horas y Fidel había proclamado el carácter socialista del proyecto revolucionario que cambiaría definitivamente la faz del país. Al mismo tiempo, se desarrollaba con indiscutible éxito la Campaña de Alfabetización, una de las proezas culturales más hermosas emprendidas por la pujante revolución.

No voy a explicar todo lo que aconteció ese año, pero es sabido que la creación de la Uneac recibió un impulso decisivo en el discurso de Fidel, apenas unos meses antes, en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, frente a un numeroso grupo de escritores y artistas, que luego pasaría a la historia como Palabras a los Intelectuales. En dichas palabras el líder de la Revolución concretó los principios de la política cultural y propuso la creación de una asociación de escritores y artistas, apelativo que cambiaría durante el mismo discurso por el de unión, un concepto mucho más cercano al propósito de agrupar en el seno de un organismo amplio y vivo la masa de creadores en torno a la cultura de la nación y al proceso revolucionario que vivía el país.

En la estructura inicial, las diferentes manifestaciones artísticas se agrupaban en secciones. Así, la primera sección de literatura estuvo presidida por el escritor Onelio Jorge Cardoso, la que desarrolló durante más de una década una colosal labor en el impulso de la literatura. El Poeta Nacional Nicolás Guillén, presidente de la Uneac, en su informe al II Congreso de la organización en 1977, destacó:

Alrededor de 380 títulos con un tirada de 2 225 000 ejemplares, han publicado las Ediciones Unión desde 1962, en sus conocidas colecciones de Contemporáneos, Bolsilibros, Órbita, Manjuarí, etcétera. Tanto estas colecciones como la de los premios Unión y David, han difundido las obras de nuestros más destacados escritores en todos los géneros…

Aquí se debe mencionar que en este empeño jugaron un papel esencial las dos revistas creadas por la Uneac (para muchos y creo que con justicia, icónicas, paradigmáticas) y que sobreviven hasta hoy: La Gaceta de Cuba y Unión.

A partir del II Congreso de la Uneac, las secciones comenzaron a denominarse asociaciones. Estas constituyeron secciones por géneros, estructura que se mantiene hasta hoy.

¿Cuáles han sido sus principales tareas y líneas de trabajo en estas décadas? En ese sentido, ¿cuál ha sido la labor en la promoción de la literatura y los autores nacionales?

La Asociación de Escritores reúne a sus miembros de manera selectiva y voluntaria. En estos sesenta años ha promovido la obra de nuestros más destacados autores y, a su vez, ha estimulado a los emergentes con su concurso literario David. El propósito de visibilizar la obra de nuestros miembros ha sido siempre una línea de trabajo, con mayor o menor eficacia por etapas.

Los acuerdos del IX Congreso de la organización recogen este reclamo de los escritores. Al respecto podemos decir que se ha producido un incremento significativo de la divulgación y promoción de la obra de nuestros autores en las redes sociales y en los medios. Con este propósito se diseñaron audiovisuales para la promoción de autores y obras en librerías, fruto de la cooperación entre el Instituto Cubano del Libro (ICL), el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y la Asociación de Escritores.

De igual forma, el ICL (la institución más afín a nuestra labor y con la cual mantenemos una excelente cooperación y diálogo permanente) trabaja en la elaboración de un catálogo nacional de obras y autores de las editoriales del ICL y de todas las editoriales del país para el 2021. Dichos catálogos se pondrán línea y en papel. La mayoría de las editoriales disponen ya de su sitio web, donde han incrementado la labor de promoción de sus autores dentro y fuera del país, experiencia que se fortalece en las difíciles condiciones impuestas por la pandemia.

Otra acción en proceso es la próxima publicación en línea de los inventarios de libros en librerías, lo que permitirá a lectores y autores saber dónde hallar ejemplares del texto deseado. Estos inventarios se actualizarán de forma permanente. Asimismo, se incrementó la participación de escritores cubanos en ferias internacionales con carácter virtual y en eventos nacionales, como la Jornada por el Día del Libro Cubano, el 54 Aniversario del Instituto Cubano del Libro y el Mitin Poético Virtual de La Habana, con la participación este último de más de 500 poetas de 56 países.

No estamos satisfechos y habrá que continuar esta labor de forma permanente, aprovechando todos los recursos, instrumentos y espacios disponibles. Que el lector conozca la literatura que se produce en el país y que éstos se conozcan fuera de la Isla, debe dejar de ser una quimera y convertirse en una realidad cotidiana.

¿Cómo se ha mantenido trabajando la Asociación de Escritores en los meses de pandemia?

Ante las difíciles circunstancias que nos impuso la pandemia, tuvimos que reorganizar el trabajo de la Asociación. El Plan 2020 y el que concebimos para el presente 2021, se vieron afectados y hubo que suspender varias actividades importantes y otras realizarlas de modo virtual.

El nuevo escenario nos obligó a buscar alternativas para desarrollar nuestra labor. Una de ellas ha sido la realización de eventos, homenajes y otras actividades en el espacio virtual o con escasa presencia de público de acuerdo con las normas sanitarias. En este sentido nos falta mucho por hacer y aprender en el uso de las nuevas tecnologías de la información.

Hay que resaltar que las filiales de escritores de los comités provinciales han desplegado múltiples iniciativas no presenciales con alcance nacional. Los premios literarios que convoca la Asociación no se detuvieron. Acabamos de entregar los premios David. A esta convocatoria se presentaron 50 obras en el género de Poesía y 22 en cuento de Ciencia Ficción. Para el próximo año se incorporará el género de Ensayo artístico y literario o histórico y social a este concurso que premia a autores inéditos, casi siempre jóvenes. En estos momentos llevamos a cabo un grupo de acciones para celebrar el aniversario 60 de la Uneac, entre las que destacamos el encuentro sostenido recientemente con un grupo de escritores, en el que se debatieron asuntos medulares de la vida del país y nuestra proyección en las circunstancias actuales.

¿Cuáles son los principales retos de la Asociación en el contexto actual?

En lo que queda de año continuaremos profundizando en el seguimiento de los acuerdos y planteamientos del IX Congreso y en la realización de acciones concretas en función de la proyección social de la creación literaria. Pensamos que la Asociación, en la medida que la pandemia vaya cediendo y podamos reunirnos, debe reabrir los espacios de diálogo que teníamos antes e incluso hacerlo con una mirada nueva, más inclusiva, incorporando a otros interlocutores al debate de la literatura, la historia, las ciencias sociales, la política, etcétera. La Uneac debe acercarse más de lo que ha hecho históricamente con sus proyectos comunitarios a los barrios, comunidades y escuelas. He ahí un gran reto.

«No dejar morir el Congreso», como nos pidió el presidente Miguel Díaz-Canel, significa que debemos trabajar organizadamente, con inteligencia y denuedo, para cumplir los principales acuerdos y dar respuestas a los planteamientos esenciales derivados de nuestro IX Congreso y a otros que han surgido después. La vida no se detiene y nuevos desafíos aparecen cada día. Al mismo tiempo, significa también acometer los cambios que debamos hacer en nuestros métodos y estilos de trabajo, apoyados en el enorme capital intelectual de nuestros miembros y en su compromiso indiscutible con la Revolución.

NOTA:

*Alberto Marrero es un destacado poeta y narrador cubano. Actualmente preside la Asociación de Escritores de la Uneac.

Fuente: Cubaliteraria

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