Un adiós a Eugenio Hernández Espinosa

Un adiós a Eugenio Hernández Espinosa

Por: Gerardo Fulleda León.

Palabras de despedida a Eugenio Hernández Espinosa, pronunciadas este 21 de octubre en el Centro Cultural Bertolt Brecht.

La gran voz dramatúrgica de nuestra generación se instauró en el quehacer teatral profesional desde el estreno de esa clásica tragedia moderna que es María Antonia, la que nos conmovió a los cientos de espectadores que, una y otra vez, acudimos al Teatro Mella a presenciar a aquel espectáculo dirigido, magníficamente, por el gran actor y director que fue Roberto Blanco y que Hilda Oates, Samuel Claxton, Miguel Benavides e Isaura Mendoza, entre otros intérpretes, supieron encarnar en escena con auténtica intensidad la complejidad de sus roles. Al final de la función de estreno estallamos en un aplauso interminable, conmovidos como nunca ante la transgresora y excepcional brillantez de aquel suceso teatral.

De forma tan magistral hacia su entrada en la dramaturgia de nuestro país una voz con alcance artístico semejante a la de un Lope de Vega contemporáneo, por su carácter eminentemente popular y su amplia producción literaria para ayudarnos a clarificar, desde la escena, en profundidad, las pasiones, encrucijadas y ensueños de una amplia porción significativa de nuestra sociedad.

Pero no conforme con ello su trayectoria también, una y otra vez, tocó la diana de los espectadores con espectáculos bajo su conducción, como Odebí el Cazador, donde la magia del sincretismo cultural nuestro alcanzó una altura expresiva deslumbrante que nos ganó a todos los espectadores y al colectivo del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba y al propio autor.

Mas, no fue suficiente y con un vigor inusitado y una visión proteica y desacralizada de nuestra realidad contemporánea tocó magistralmente en la diana, con acierto crítico sobre nuestra cotidianidad de entonces en Calixta Comité. El texto más honesto, brillante y polémico que haya subido a escena en nuestro panorama teatral, en mucho tiempo.

No a la saga nos supo deleitar con textos como: Mi socio Manolo, Emelina Cundiamor, Alto riesgo, Lagarto Pisabonito, El Venerable, La Balsa, Eclíptica, qué le pasa a esa mujer y Aedes Aegypti. Y con la plasmación de algunos de sus textos y guiones de cine, que hablan a las claras de la trascendencia de este predestinado que aún seguirá siendo para nosotros nuestro Hermano Mayor, el Papi, más reconocido como Eugenio Hernández Espinosa.

Fuente: Cubadebate

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